sábado, 30 de agosto de 2014

Corte Suprema rechaza antejuicio contra jueza Jassmin Barrios

La jueza Jasmin Barrios


El colectivo Pro Patria, una de las entidades fascistas de este país acaba de ser derrotado por la Corte Suprema de Justicia, cuyos  magistrados declararon sin lugar la petición de antejuicio contra  Yassmin Barrios, jueza del Tribunal A de Mayor Riesgo, que condenó a Ríos Montt en el juicio de genocidio que se llevó a cabo hace unos meses.

Me tranquiliza y me da esperanza la actitud de la Corte Suprema de Justicia. Me recuerda las palabas del Juez Garzón, quien recientemente estuvo en Guatemala y fue entrevistado por  Plaza Pública. La conversación se titula: ‘Los jueces han vivido bajo el amparo de quienes dominan la sociedad’.

Garzón, como se recuerda, fue el juez que cortó la innoble carrera del militar chileno Pinochet, tan parecida a la de algunos de nuestros militares y políticos.

El recurso fue planteado el pasado 7 de agosto por la Liga Pro Patria. En el mismo, Barrios fue sindicada de  los delitos de incumplimiento de deberes, abuso de autoridad,  coacción de los defensores y por violentar los derechos de los acusados. 

José Arturo Sierra, presidente de la CSJ y del Organismo Judicial, informó que la solicitud fue conocida hace unos días; pero no contenía los argumentos necesarios para admitirla. 
La noticia completa puede conocerse en este enlace

miércoles, 27 de agosto de 2014

La magia y los fantasmas que moran en mi blog y en mi muro de FB

La Foto de La Columna de Ana

Existen, en el ciberespacio, tres blogs míos. Los primeros dos: La Columna de Ana y Crónicas, que abrí y mantuve a partir de 2006. Una tercera, La Columna de Ana II, que abrí en agosto del año pasado. Por razones que están fuera de mi comprensión, el año pasado no pude entrar a las dos primeras, motivo por el que abrí La Columna de Ana II.
Es cierto que el blog no lo uso para pegar en él las fotos de la familia ni publicar mi poesía. Me permito siempre el placer de hablar del cielo, las estrellas, los planetas, las lluvias de meteoros y eventos similares, pero en general lo he utilizado como usan los periodistas de todas partes del mundo sus blogs: para comentar lo que sucede en el día a día.

La excepción la constituyó Crónicas, donde siempre hablé de sucesos cercanos, familiares, a manera de relatos. Pero estando unida al primer blog de noticias, ya no he podido entrar a él. Un día de estos voy a crear Crónicas II.

Es este el tercer blog en la cadena que les he referido. En el primero tenía una fotografía similar a la que inicia este pequeño relato sobre mis peripecias blogueras, que comenzaron el año pasado.

Al blog actual le faltan algunos detalles, pero prefiero dejarlo así y tener el espacio para comentar, con la libertad que me caracteriza, no solo lo que me interesa a mí sino cuestiones que pueden interesarle a otras personas.

Y así pienso seguir. Siempre les digo a mis alumnos que la felicidad la da, sin duda alguna, trabajar en lo que a uno le gusta. Como periodista, como escritora, como profesora, mi vida es placentera.

Perdóneseme este exabrupto personal, prometo no volver a hacer cosa semejante a menos que blogs y páginas de FB hagan las peripecias que les ha dado por hacer en los últimos tiempos, escurriéndoseme entre los dedos como arena seca.

¿Cuánto tiempo más con la mano extendida?

Nuestra imagen ante el mundo

Las dos Guatemalas. La de las mansiones —las de los narcos son más risibles por ostentosas  y kitsch, y que me perdone el arte que lleva ese nombre— y la de los ranchos de caña o adobe. Las casas improvisadas con cartón, lata y sobras de lo que sea. Perdidas entre el monte unas, colgando de un barranco otras.

Los dueños de las primeras jamás piensan en los que viven en las covachas, en los ranchos pajizos. Como no sea para obtener mano de obra muy barata que les permita levantar la finca, el edificio en las zonas más repipis de la capital. Y el Estado —que desapareció como ente funcional y ha quedado en entelequia—  o mejor dicho, el gobierno, con g minúscula porque no merece otro tratamiento, en manos de seres muy ocupados en sus inversiones millonarias en bienes raíces, depósitos off shore o en bancos suizos.

Lo que ha proliferado es el hábito de sostener la mano extendida, como hacen los limosneros ciegos a las puertas de las iglesias, cuando ya la muerte por hambre acecha con la mejor de sus sonrisas.  Por eso, para vergüenza de aquellos que todavía la tenemos, es preciso ponerla bajo los rostros de los países con los que nos relacionamos, para paliar, hoy por ejemplo, el estado de calamidad aprobado ayer por el Presidente y sus ministros.

Y nos ayudarán. Pero recuerdo lo sucedido tras el terremoto del 76, cuando llegaron los primeros aviones con ayuda y vi cómo gente, uniformada o no, sacaba cajas de alimentos y tiendas de campaña. Entonces la ayuda internacional quedó en manos de representantes de los países que nos socorrieron, y prefirieron no entregarla al Gobierno de entonces.

Algo similar podría ser puesto en marcha en este momento, para que la ayuda no vaya a dar en esas manos de limosneros infames en que se han convertidos quienes deberían hacerse cargo de sacar al país del terrible estado en que se encuentra.