martes, 15 de septiembre de 2015

LA TRAGEDIA SIRIA NO ES VISIBLE DESDE LA LUNA


Esta maravillosa fotografía de nuestro planeta y la Luna esconde, en su belleza, a orillas del Mediterráneo, el área donde se desarrolla y se desliza el conflicto sirio donde, según las Naciones Unidas, han muerto más de 250,00 personas, hay 9 millones de desplazados, y día a día aumenta por miles el número de refugiados que tratan de llegar a naciones europeas. O a otras naciones que quieran darles cobijo.

Europa ha fijado números para que los países que pertenecen al bloque, admitan diferentes cantidades de refugiados. Aquel niño muerto a la orilla del mar a quien todos vimos angustiados, se ha convertido en el símbolo de los que huyen de esa guerra que se inició -- aunque parezca mentira-- en mayo de 2001 en la ciudad de Deraaa, cuando el gobierno sirio arrestó y torturó a jóvenes que realizaron pintas revolucionarias en el muro de una escuela.

Ello condujo a protestas que fueron reprimidas con armas de fuego, con una cauda de varios muertos. Las protestas crecieron, la oposición se armó para defenderse, los enfrentamientos y escaramuzas no cesaron. Hace 4 años y medio estalló  la guerra civil.

La situación estratégica de Siria en Medio Oriente ha complicado seriamente las cosas para los ciudadanos, que huyen desesperados de aquel infierno donde hay naciones extranjeras implicadas en la crisis. Irán y Rusia entre ellos. Siria se ha convertido en el último tiempo en el polvorín mayor de la región.

En 2014 la ONU organizó una conferencia entre los alzados y el gobierno sirio. Pero el diálogo fracasó porque el presidente Bachar al Asad se negó a discutir las demandas de la oposición, llamándolos terroristas.

En los últimos tiempos el Mediterráneo se ha convertido en la tumba de miles de sirios que huyen por la vía de Egipto y se lanzan al mar en embarcaciones que zozobran con gran facilidad.

Desde la Luna no hay manera de ver la marea humana que va de Oriente a Poniente, buscando salvar sus vidas.

jueves, 3 de septiembre de 2015

LOS DINOSAURIOS NO ENTIENDEN QUE YA MURIERON


Los militares que jugaron sus infames partidas durante la guerra creen que todavía pueden seguir martirizando a los guatemaltecos. Responsables del 97 por ciento de las matanzas en los años más duros del enfrentamiento, regresan a la carga, bastante más viejos, plagados de enfermedades de la senectud, pero con la estúpida idea, en lo que les queda de cerebro, de jurar públicamente que este país está cundido de comunistas, el pretexto para seguir aferrados a la corrupción, que bien la han manejado y bien la conocen.

(Si algún comunista queda aún en el mundo, podrá ser un viejo que toma un vaso de vino en una taberna de pueblo, en Europa, antes de coger el bastón en camino a su casa.)

Los aliados de siempre de los dinosaurios, los miembros de la oligarquía, viendo que se les venía abajo el tablado que armaron en las elecciones pasadas, se apresuraron a buscar sangre nueva, y no podemos decir inocente porque no es ese el término que describe a Neto o a Nito –nunca recuerdo a quien personifica Jimmy en esa mascarada que es un insulto a la etnia maya.

Los dinosaurios, en su desesperación ante una ciudadanía pacífica pero encabronada que semana a semana, con banderas y pancartas lograron botar a un gobierno, el más corrupto de la historia patria, decidieron, como los vampiros, buscar sangre nueva.

La encontraron en Jimmy. Y con sus adláteres, los oligarcas, mandaron a hacer encuestas y nos las ponen frente a los ojos para que temblemos y nos demos por vencidos. Para convencer a los jóvenes de las áreas urbanas, a quienes no les ha tocado jamás defender terrenos, ni agua, ni espacios de diversa índole frente a la policía, provista de bombas lacrimógenas, de garrotes, de balas.

Los jóvenes urbanos, que sueñan con los juguetes electrónicos más flamantes, sí que pecan de inocentes y creen que es bueno votar por Jimmy. 'Es joven', arguyen. Como si la juventud fuera un antídoto para la descomposición moral que conduce a la corrupción. Y regresan a su sueño del dron que va a comprarle el padre o la madre, sin percatarse que lo que vuela a su alrededor es un vampiro. 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

LA TRISTE ACOMETIDA DEL SUR HACIA EL NORTE

Niño sirio ahogado. Con familiares y otros compatriotas deseaban llegar a Grecia

El niño en la foto es un pequeño sirio de cuatro años, ahogado ayer cuando su familia y  otros compatriotas trataban de llegar a Grecia por mar y volcaron las dos embarcaciones en las que, desde Turquía, aspiraban llegar a un terreno pacífico.

Embebidos como hemos estado en nuestras propias miserias, hemos pasado por alto los sufrimientos de miles de seres que, del otro lado del mundo, intentan alcanzar tierras más amables en el continente europeo.  Como sucede en América. Pero aún las noticias en los diarios no muestran mayor compasión por los habitantes del Sur.

Reportan, indudablemente; como lo hace un diario español de la siguiente manera: “Cientos de pasajeros han estado atrapados durante horas en cinco trenes de alta velocidad Eurostar debido a que algunos inmigrantes estaban bloqueando las vías del túnel que cruza el Canal de la Mancha e intentaban escalar a bordo.

“Según ha informado Eurostar a través de Twitter, tres de los trenes han conseguido seguir hasta Londres a primera hora del miércoles, mientras que otros dos se vieron obligados a volver a sus puntos de partida en Londres y París. Cientos de pasajeros han tenido que pasar la noche en las estaciones ante, lo que consideran, una mala gestión de la compañía.”  Para el diario y sin duda para muchos de sus lectores, son más importantes los pasajeros que los inmigrantes.

Los hay quienes huyen, como los sirios, porque tratan de escapar de la guerra. El niño muerto que aparece en la fotografía, es uno de los que ayer se ahogaron al tratar de llegar a la isla griega de Kos.

O se fugan de países asolados por la sequía, donde se mueren de hambre, de sed, de enfermedades que en otras partes serían curables. Incluso el Ébola, afirman los científicos actualmente, se cura.

El Sur, sea en África, sea en América, es víctima de la pasión capitalista por  las riquezas. De la estulticia de los países desarrollados. Del egoísmo de quienes tienen un hogar decoroso y comida caliente tres veces al día.

Los muros, las mallas, los soldados o policías probablemente no podrán contener, en un futuro no lejano, las olas de desamparados y hambrientos del Sur, víctimas de un sistema inhumano, frío y egoísta, instalado en el Norte.