Los militares que
jugaron sus infames partidas durante la guerra creen que todavía pueden seguir
martirizando a los guatemaltecos. Responsables del 97 por ciento de las
matanzas en los años más duros del enfrentamiento, regresan a la carga,
bastante más viejos, plagados de enfermedades de la senectud, pero con la
estúpida idea, en lo que les queda de cerebro, de jurar públicamente que este
país está cundido de comunistas, el pretexto para seguir
aferrados a la corrupción, que bien la han manejado y bien la conocen.
(Si algún comunista
queda aún en el mundo, podrá ser un viejo que toma un vaso de vino en una
taberna de pueblo, en Europa, antes de coger el bastón en camino a su casa.)
Los aliados de siempre
de los dinosaurios, los miembros de la oligarquía, viendo que se les venía
abajo el tablado que armaron en las elecciones pasadas, se apresuraron a buscar
sangre nueva, y no podemos decir inocente porque no es ese el término que describe
a Neto o a Nito –nunca recuerdo a quien personifica Jimmy en esa mascarada que
es un insulto a la etnia maya.
Los dinosaurios, en su
desesperación ante una ciudadanía pacífica pero encabronada que semana a
semana, con banderas y pancartas lograron botar a un gobierno, el más corrupto
de la historia patria, decidieron, como los vampiros, buscar sangre nueva.
La encontraron en
Jimmy. Y con sus adláteres, los oligarcas, mandaron a hacer encuestas y nos las
ponen frente a los ojos para que temblemos y nos demos por vencidos. Para
convencer a los jóvenes de las áreas urbanas, a quienes no les ha tocado jamás
defender terrenos, ni agua, ni espacios de diversa índole frente a la policía, provista
de bombas lacrimógenas, de garrotes, de balas.
Los jóvenes urbanos,
que sueñan con los juguetes electrónicos más flamantes, sí que pecan de inocentes
y creen que es bueno votar por Jimmy. 'Es joven', arguyen. Como si la juventud
fuera un antídoto para la descomposición moral que conduce a la corrupción. Y
regresan a su sueño del dron que va a comprarle el padre o la madre, sin
percatarse que lo que vuela a su alrededor es un vampiro.
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Maravilla de columna. Una opinión valiente, como siempre, con mas huevos que muchos que se dicen hombre. Te amamos Ana María...digna represetnante de los y las guatemaltecas dignas.
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