miércoles, 2 de septiembre de 2015

LA TRISTE ACOMETIDA DEL SUR HACIA EL NORTE

Niño sirio ahogado. Con familiares y otros compatriotas deseaban llegar a Grecia

El niño en la foto es un pequeño sirio de cuatro años, ahogado ayer cuando su familia y  otros compatriotas trataban de llegar a Grecia por mar y volcaron las dos embarcaciones en las que, desde Turquía, aspiraban llegar a un terreno pacífico.

Embebidos como hemos estado en nuestras propias miserias, hemos pasado por alto los sufrimientos de miles de seres que, del otro lado del mundo, intentan alcanzar tierras más amables en el continente europeo.  Como sucede en América. Pero aún las noticias en los diarios no muestran mayor compasión por los habitantes del Sur.

Reportan, indudablemente; como lo hace un diario español de la siguiente manera: “Cientos de pasajeros han estado atrapados durante horas en cinco trenes de alta velocidad Eurostar debido a que algunos inmigrantes estaban bloqueando las vías del túnel que cruza el Canal de la Mancha e intentaban escalar a bordo.

“Según ha informado Eurostar a través de Twitter, tres de los trenes han conseguido seguir hasta Londres a primera hora del miércoles, mientras que otros dos se vieron obligados a volver a sus puntos de partida en Londres y París. Cientos de pasajeros han tenido que pasar la noche en las estaciones ante, lo que consideran, una mala gestión de la compañía.”  Para el diario y sin duda para muchos de sus lectores, son más importantes los pasajeros que los inmigrantes.

Los hay quienes huyen, como los sirios, porque tratan de escapar de la guerra. El niño muerto que aparece en la fotografía, es uno de los que ayer se ahogaron al tratar de llegar a la isla griega de Kos.

O se fugan de países asolados por la sequía, donde se mueren de hambre, de sed, de enfermedades que en otras partes serían curables. Incluso el Ébola, afirman los científicos actualmente, se cura.

El Sur, sea en África, sea en América, es víctima de la pasión capitalista por  las riquezas. De la estulticia de los países desarrollados. Del egoísmo de quienes tienen un hogar decoroso y comida caliente tres veces al día.

Los muros, las mallas, los soldados o policías probablemente no podrán contener, en un futuro no lejano, las olas de desamparados y hambrientos del Sur, víctimas de un sistema inhumano, frío y egoísta, instalado en el Norte.

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