El Archivo está en el mismo edificio de la Biblioteca Nacional |
El saqueo de los documentos del Archivo General de
Centro América es un crimen cultural al que muy pocas personas le prestan
atención, pero el hecho de que esos oficios no tengan el sobrenombre de Ricos y
Famosos, y no desfilen jamás en una pasarela o sobre una alfombra roja no los
hace menos importantes. Todo lo contrario.
Imagino el revuelo mundial que habría si
desapareciera algún documento histórico del Archivo de Indias, por ejemplo.
Pero aquí vuelan los títulos o manuscritos y el ente encargado de velar por
ellos, el Ministerio de Cultura y Deportes (morganática unión que no recuerdo a
quién debemos), o mejor dicho el Ministro o el encargado de velar por ese
archivo, apenas pueden barbotar que `no tenía idea de que hubiera desaparecido…
no se encuentra en el Archivo ni en ninguna otra dependencia del Ministerio’ y
en seguida añade: ‘pero estamos investigando los hechos’.
Guatemala es un país en el que los investigadores de
toda clase de desapariciones y robos se harían verdaderamente ricos y famosos. Pero
la mayoría de los ladrones de estos tiempos están situados en altos, altísimos
puestos, y sus adláteres, aquellos a quienes yo distingo porque siempre están
con una mano extendida, tampoco son fáciles de pescar.
La noticia la dio a conocer la columnista Edith González,
de La Hora, quien relata: ‘El
cronista de San Martín Jilotepeque, doctor Miguel Ángel Carr, me informó que el
valioso documento que narra la historia de las migraciones de los grupos
chajomaque que aparecen en el Popol Vuh como Akul Vinak y sus gobernantes,
identificados luego como kakchiqueles, expediente que se cree es de 1555, y que
se entrelaza con el de la colonia española, desapareció’.
El original
desaparecido, entre otros detalles, marca lo que ahora conocemos como Mixco
Viejo, capital de la etnia kakchiquel. Pero claro, ni en el ministerio, ni en el
archivo, situado en el mismo edificio de la Biblioteca Nacional, saben nada del
asunto.
Quien lo sabe
todo es la persona que vendió el documento en dólares contantes y sonantes para
que no aparezca el depósito en su cuenta de banco. El ladrón debería pasar a
engrosar las filas del ex capitán Byron Lima Oliva. Ha demostrado sus dotes para ello.
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