martes, 7 de octubre de 2014

Crimen en el Archivo de Centro América

El Archivo está en el mismo edificio de la Biblioteca Nacional
El saqueo de los documentos del Archivo General de Centro América es un crimen cultural al que muy pocas personas le prestan atención, pero el hecho de que esos oficios no tengan el sobrenombre de Ricos y Famosos, y no desfilen jamás en una pasarela o sobre una alfombra roja no los hace menos importantes. Todo lo contrario.

Imagino el revuelo mundial que habría si desapareciera algún documento histórico del Archivo de Indias, por ejemplo. Pero aquí vuelan los títulos o manuscritos y el ente encargado de velar por ellos, el Ministerio de Cultura y Deportes (morganática unión que no recuerdo a quién debemos), o mejor dicho el Ministro o el encargado de velar por ese archivo, apenas pueden barbotar que `no tenía idea de que hubiera desaparecido… no se encuentra en el Archivo ni en ninguna otra dependencia del Ministerio’ y en seguida añade: ‘pero estamos investigando los hechos’.

Guatemala es un país en el que los investigadores de toda clase de desapariciones y robos se harían verdaderamente ricos y famosos. Pero la mayoría de los ladrones de estos tiempos están situados en altos, altísimos puestos, y sus adláteres, aquellos a quienes yo distingo porque siempre están con una mano extendida, tampoco son fáciles de pescar.

La noticia la dio a conocer la columnista Edith González, de La Hora, quien relata: ‘El cronista de San Martín Jilotepeque, doctor Miguel Ángel Carr, me informó que el valioso documento que narra la historia de las migraciones de los grupos chajomaque que aparecen en el Popol Vuh como Akul Vinak y sus gobernantes, identificados luego como kakchiqueles, expediente que se cree es de 1555, y que se entrelaza con el de la colonia española, desapareció’.

El original desaparecido, entre otros detalles, marca lo que ahora conocemos como Mixco Viejo, capital de la etnia kakchiquel. Pero claro, ni en el ministerio, ni en el archivo, situado en el mismo edificio de la Biblioteca Nacional, saben nada del asunto.


Quien lo sabe todo es la persona que vendió el documento en dólares contantes y sonantes para que no aparezca el depósito en su cuenta de banco. El ladrón debería pasar a engrosar las filas del ex capitán Byron Lima Oliva.  Ha demostrado sus dotes para ello.

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