¡Alegrísima! |
Lamento profundamente no haber asistido a la fiesta
que organizó el PP ayer en el Congreso de la República con motivo de la elección
de su Junta Directiva, pero estaba trabajando. Así, me perdí todos los juegos
puestos a disposición de los asistentes. El primero de ellos, la suspensión de
la sesión ordenada en tres ocasiones diferentes por su presidente, Arístides
Crespo, durante muchos años el hombre de confianza del señor Ríos Montt en el
FRG y ahora, el hombre de confianza del señor Pérez, en el PP. La suspensión
fue decidida ante la posibilidad de que el diputado Roberto Alejos fuese electo
presidente de la nueva junta directiva.
Afuera del
Congreso, personas de Mixco que algunos maledicentes dijeron que habían sido
invitados y llevados hasta allí por instrucciones del propio hijo del
presidente Pérez, alcalde de aquella localidad, organizaron su exclusiva piñata,
en la que en vez de confetti y serpentinas hubo palos y gas pimienta contra los diputados de
la oposición que deseaban ingresar al recinto congresil.
Entre todas estas celebraciones, el diputado Manuel
Barquín anunció que abandonaba el yate del PP y se adhería al Líder.
La fiesta duró hasta la medianoche y en este
enlace y en este otro, hay detalles del
muy adelantado convivio navideño del Congreso de la República, en el cual no se
resolvió nada pero de cuyo entusiasmo dan fe los diversos circunstantes que
fueron llevados a variados centros hospitalarios. De verdad siento haberme perdido el
espectáculo, mucho más ostentoso que la lluvia de meteoritos de Orión.
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