La Agencia Espacial Europea lanzó, en marzo de 2004,
una sonda llamada Rosetta, cuya tarea es orbitar alrededor del cometa 67P/Churyunov
Gerasimenko. Rosetta conduce un módulo de aterrizaje, llamado Philae, que
se situará en la superficie del cometa el 12 de noviembre próximo.
Rosetta y Philae tienen numerosos instrumentos
científicos para analizar el cometa y sus características. Uno de los
instrumentos está programado para perforar la superficie y obtener muestras
internas del 67P.
Rosetta se llama así por la Piedra de Rosetta, que
sirvió para descifrar los jeroglíficos egipcios. El nombre latino de Philae se
inspira en una isla egipcia que quedó sumergida por la construcción
de la presa de Aswan. Allí se adoraba a Isis cuyo culto llegó hasta después de
Cristo. No creo que la UNESCO haya rescatado todos los monumentos que había en la isla; solo los más
importantes. De todas maneras fue una tarea ímproba.
Entre junio y agosto de este año, algún instrumento
de Rosetta detectó que el 67P huele a huevos podridos. A mí no me importaría ese olor si pudiera
estar cerca de un cometa, que, según los científicos le dieron a La Tierra su
atmósfera, los océanos y todo lo necesario para que existiera la vida. También proponen que regulan la evolución del
planeta por medio de extinciones masivas. Y que constituyen un sistema mediante
el cual se propagó la vida por todo el Sistema Solar.
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