Motivo central del mural, restaurado
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Amanecí en claroscuro, como si me hubieran pintado Caravaggio, Tintoretto o Rembrandt. La parte clara correspondía a la invitación que voy a hacer para que más guatemaltecos disfruten del blog Golem, de mi amigo español Ángel Felicísimo. Una maravilla de espacio. Escrita como Dios manda. La escogencia de temas extraordinaria. Un territorio digno de admirar y de aprender. Lo máximo.
Su más reciente post: sobre frescos góticos en
Daroca, Zaragoza. Allí la iglesia de San Miguel conserva un gran panel en un
ábside, pintado al temple en el siglo XIV. Ángel nos cuenta que su conservación
es casual porque durante la Edad Media, las iglesias hacían las veces de hospitales en caso de las epidemias que
azotaban a las ciudades. Y ‘durante esos episodios, los muros eran encalados,
con lo que la ornamentación se perdía irremisiblemente’.
A continuación recordé la noticia de El Periódico que
relata claramente cómo le ha sido asignado al ejército de este país la
educación en valores y liderazgo a los jóvenes guatemaltecos y adquirí unos
tintes más oscuros que el negro.
En efecto, durante el último mes, oficiales del
ejército, acompañados por soldados armados, han impartido un conjunto de
charlas a los jóvenes de algunos institutos públicos. Las declaraciones
oficiales afirman que los soldados entran desarmados a las aulas; pero las
fotografías muestran claramente lo contrario.
No creo que la llegada del ejército a los institutos
mejore en nada las capacidades de los estudiantes ‘en valores y liderazgo’,
pero así andamos.
Vamos a Golem.
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